martes, 28 de abril de 2015
Prácticas Educativas
La Escuela Normal Superior “Tomás Godoy Cruz” de la provincia de Mendoza, es una institución a la que asistimos las personas que, en calidad de alumnos, aspiramos a ser docentes.
Como la realidad educativa a la que apuntamos y en la que nos desenvolveremos es el nivel secundario en nuestra currícula existe una materia, denominada “Práctica e Investigación Educativa”, y que apunta a que tomemos los primeros contactos con esa realidad que como futuros profes nos espera.
Uno debe ponerse en un papel un tanto incómodo y confuso. Hay que convertirse en un observador e investigador y meterse en un aula para ver qué pasa con estos muchachos a los que vamos a tener como alumnos en un futuro.
A mí me tocó ir a observar un 2º año, en una escuela del departamento mendocino Las Heras llamada “Armando Tejada Gómez”.
Es curioso notar la diferencia entre cómo ve uno a un docente cuando es alumno y cómo cuando te reciben como a un futuro colega. En el primero de los casos los ves como a una autoridad. En el otro de los casos los ves con ojos misericordiosos, con esa sensación de piedad que te hacen dar cuando te advierten, con cara de terror, que “¡ay! Justo ése curso te tocó… Son terribles esos chicos, pensá bien si querés ser docente porque los pibes están indomables, etc, etc...”.
Luego de tantas advertencias ingresé al curso tras un recreo, recuerdo. Claro que los nervios y la ansiedad fueron mis principales compañeros. Era el primer año en el que iba como observadora a un aula del nivel secundario.
La profesora de la materia de Lengua, llegó al aula y se colocó de pie en mitad del curso y de frente a los alumnos, acto seguido me presentó y me invitó a que tomara asiento al fondo del aula.
Allí me quedé, expectante de la clase. Ávida de ver a aquellos “salvajes” hacer sus gracias.
La clase la voy describir tal cual fue.
La profesora tomó entre sus manos un cuaderno y mientras que con la izquierda tomaba el libraco, con la otra mano escribía en el pizarrón. De esta forma lo llenó todo de tarea.
En el primer medio módulo hizo lo que ya conté y se sentó a leer.
En el segundo medio módulo, les dijo a los chicos que la tarea del día debería ser entregada antes de que terminara su hora.
Pude hacer mis observaciones y mi trabajo de investigación. Pero esa primera instancia con la realidad educativa me dejó algo en claro, que nada tenía que ver con mi tema de observación; y es que el trabajo docente va más allá de ser un simple “transmisor de saberes”, y que por el contrario, es una tarea social ante todo, que requiere compromiso y que, estoy segura, si contamos con él en nuestra práctica docente probablemente lleguemos a la conclusión de que si hay salvajismo en nuestros alumnos debe de haber algo que también lo alimente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario